Los comienzos, en cualquier ámbito, resultan esenciales para marcar buenos hábitos y obtener gratas experiencias en las que sentirnos cómodas y seguras. En el caso de los sostenes, encontrar un primer sujetador adecuado y acorde a nuestras necesidades es fundamental. No sólo por aportarles a nuestras hijas apoyo y comprensión en un período tan complicado como es el paso a la adolescencia y el desarrollo de su cuerpo, sino también por enseñarles la importancia de una talla y una sujeción correcta para evitar futuros problemas de salud.
En laCorsetera son especialistas en asesorar a todo tipo de mujeres en cualquier momento de sus vidas. Sus expertos corseteros nos dan las claves y nos resuelven las dudas sobre esta primera adquisición.
¿A qué edad deben adquirir su primer sujetador?
Aunque no existe una edad concreta, sí que es verdad que lo normal es hacerse con el primer sostén cuando su cuerpo empiece a desarrollarse. “Suele ocurrir entre los once y los catorce años, cuando les viene el período por primera vez”, explican desde laCorsetera. A partir de este momento, resulta primordial contar con un sujetador adecuado.
¿Qué características debe tener el sostén?
Teniendo en cuenta que las niñas a esa edad se encuentran todo el tiempo muy activas, debemos tener en cuenta las siguientes condiciones en el sujetador que harán su día a día mucho más llevadero:
- Sin aros. En este momento vital, sus pechos no son pronunciados ni lo suficientemente grandes como para requerir una gran sujeción. Los aros provocarían, además, incomodidad y rozaduras innecesarias.
- Transpirabilidad. La actividad de las niñas suele ser muy alta, con lo que será recomendable adaptarse a la sudoración. Cuanto más transpirable sea el tejido, mejor.
- Sin relleno. Resulta completamente prescindible. Partiendo de que es una edad complicada llena de hormonas y cambios, lo último que necesitan son unas expectativas irreales de un pecho que aún no tienen. Como mucho, un relleno de foam.
- Sin costuras. Será mucho más cómodo para ellas empezar a vestir sujetadores que no se noten bajo la ropa. Esto les podría producir vergüenza o timidez, con lo que lo mejor es aceptar esta transición poco a poco, con suavidad.
Consigue que su primer sujetador sea el más especial. Para tu hija, sólo lo mejor.