Todos conocemos el mantón de Manila, todo un símbolo del folclore español que no decae. Sin embargo, ¿sabías que no es propio del flamenco como tal? De hecho, ni siquiera es propio de nuestro país, es realmente oriental. En sus orígenes el mantón de Manila era realmente un lienzo de seda decorado en colores vivos con elementos como flores, pájaros o fantasías que, a su vez, estaba rematado por flecos.
Procedente de China, y con el nombre tomado de la capital de Filipinas por ser el origen de las rutas comerciales en la época colonial española, se hizo muy popular en España e Hispanoamérica en el siglo XVIII aproximadamente, convirtiéndose en un imprescindible complemento femenino. Prueba de ello son las pinturas de Joaquín Sorolla o Ramón Casas, quienes inmortalizaron una prenda que está integrada por complemento dentro del atuendo folclórico femenino.
Sin embargo, la moda es algo que está en constante cambio, no para de reinventarse y por eso un siglo después la población burguesa, quien adoraba los mantones de Manila, dejaron de usarlos, llegando así a las clases sociales más bajas. Esto dio lugar a que se convirtiese en el accesorio del traje de gitana o de flamenca, así como de las manolas madrileñas. En pleno siglo XXI, el mantón de Manila está realmente asociado al flamenco, tanto al baile como a la vestimenta. Además de ser todo un símbolo del folclore español, es un complemento que no para de reinventarse y que ahora se convierte en un estampado en la nueva colección de Juan Vidal.
La firma Juan Vidal es ya toda una referencia en cuanto a estampados y formas y es que no hay colección en la que no sean los protagonistas de la misma. Así se refleja en su tercer Drop, una colección cápsula que rinde homenaje a la diosa de la fortuna y la buena suerte en todas sus manifestaciones. Fortune es una colección que busca fomentar la idea de que, aunque el destino puede ser ambiguo, siempre podemos encontrar elementos y símbolos que nos ayuden a atraer la buena suerte.
Una nueva colección donde, además de los patrones, los estampados son el centro indiscutible de la misma. Sin embargo, a pesar de ser dos, hay uno de ellos que destaca por encima y es que se trata de un estampado oriental pero con guiños españoles al conocido mantón de Manila, una prenda tan admirada como querida en nuestro país.
Tal como el propio diseñador explica, “este segundo print hace un guiño a la quiromancia, una técnica milenaria que consiste en leer las líneas de las manos para conocer el destino. Para ello, se ha recurrido al mantón de Manila, una prenda de marcado carácter femenino, relacionada con el folclore, y que evoca la buenaventura gitana, una construcción visual arriagada al imaginario popular y re-formulada a través de la técnica del plisado”. Plisados que ofrecen una nueva visión con un marcado carácter vanguardista que refina las piezas y les da un toque mucho más contemporáneo.
En tonos naranjas y rosas, así es el mantón de Manila elegido para la colección Fortune. Y esto, como no podía ser de otra forma, tiene mucho que ver con las energías propias de la cultura oriental ya que el color naranja es el color de la energía, un color que no solo transmite una sensación de melancolía envolvente cargado de recuerdos, también está vinculado a las buenas vibraciones por su calidez cercana al sol.
Un estampado que se plasma sobre diseños vanguardistas pero con líneas tradicionales a su vez. Desde faldas plisadas o maxi vestidos camiseros de corte recto, cortados al bies o con nudos a la altura del pecho que le dan ese toque diferente y en tendencia.
El resultado de este estampado es una representación mística, esotérica, algo folk, con un pie a mitad de camino entre tradición y contemporaneidad.