Tras años de avance en el ámbito de la inclusividad y la diversidad de tallas, la moda regresa a siluetas clásicas mucho más ajustadas (y delgadas). En este contexto, la industria mira hacia el pasado y en concreto echa la vista atrás hacia el new look y sus predecesores: una silueta tan reconocible como femenina y asociada a las cinturas de avispa.
Este resurgimiento de la cintura como elemento central, tuvo, al igual que lo está teniendo actualmente, un profundo impacto en los cánones de belleza y la representación de género en la moda. Hace tan solo unas semanas Kim Kardashian pisaba la alfombra roja de la Met Gala en un vestido encorsetado de Maison Margiela y que daba una apariencia casi irreal a su físico, empequeñeciendo la cintura al mínimo. En concreto el ‘new look’ al que nos referimos fue creado por Dior en 1947 y marcó una década en la que el cuerpo femenino volvía a las prendas ceñidas, en contra de esas otras que habían marcado la moda (no hay más que tener en cuenta los vestidos rectos y más holgados de los felices años 20).
Este renacimiento viene, sin embargo, dado por el renacimiento de un elemento muy concreto: el corsé. Una pieza en tendencia que empezó a hacerse viral hace unos años con los diseños de Vivienne Westwood y que desde entonces se ha convertido en un básico. Desde entonces y hasta hoy, lo hemos visto en las colecciones de Balmain, realzando curvas en figuras normativas y ajustando el cuerpo a nuevos estándares de belleza. Este efecto, que se obtiene únicamente con prendas ceñidas, se ve potenciado con la suma de volúmenes amplios colocados de forma estratégica. En concreto, por debajo y por encima de la cintura, para darle a esta una apariencia incluso menor.
Esta técnica histórica pudo verse en las colecciones de Tory Burch, Collina Strada o Schiaparelli y alcanzó lo que de momento ha sido su máximo esplendor en el último desfile Artisanal de Maison Margiela, con siluetas exageradas que siguen estos patrones. Sin duda, una estética favorecedora que realza naturalmente el cuerpo y que se adapta al ‘street style’ a través de diseños ceñidos pero que dejan la exageración a parte. Este es el caso de los vestidos que proponen firmas como Artôla Couture y que se basan en la tendencia. En esta marca concreta, a través de los modelos Maialen y Lily, que ofrecen ese mismo efecto ajustado a través de sus escotes y tirantes. Unas prendas que, al sumar al vuelo de sus faldas amplias, serán perfectas para las citas y eventos más elegantes de este verano.