A principios de año, las prendas asimétricas prometían convertirse en la tendencia más versátil de la primavera-verano que estaba por venir. Ya inmersos en el buen tiempo, este tipo de elementos valorados por su poder diferenciador y la irregularidad de sus diseños, se han convertido en todo un imprescindible. Esenciales para acompañar a los básicos y elevarlos, las blusas, faldas y vestidos con estas características tan peculiares viven su momento de gloria.
Precisamente por su capacidad para encajar en cualquier situación, son tan aptas para ir a la oficina como para salir a cenar con tu pareja. Una habilidad con las que pocas pueden definirse y que la posicionan como una de las tendencias más atractivas de la temporada. Prueba de ello es el ‘street style’ de algunas semanas de la moda, como la de París, en la que también se incluyó sobre las pasarelas. Ejemplo de ello fueron los tops de Chanel con un solo hombro o los de Dior, que los añadía con tejidos semi transparentes. No obstante, la confirmación de que se convertirían en todo un fenómeno vino de la mano del feed de Instagram, donde veíamos a ‘insiders’ como Violeta Mangriñan o Meri Lozano con versiones de la misma.
Ahora, marcas como Charo Ruiz recogen la tendencia, convirtiéndola en el objeto de deseo que no puede faltar en tu armario primaveral. Tal y como mostraban los desfiles de la estación, el top se reconstruye para dar lugar a una forma reconocible, en la que queda un hombro al descubierto. Fácilmente combinable, da lugar a blusas con plisados y texturas donde (casi) todo es posible: utilizarlo sobre otras camisetas dando lugar a múltiples capas, recurrir a los volantes, utilizarlo con minifaldas o prendas vaqueras, e incluso junto a más ropa asimétrica.
Esta forma se alarga para encontrar en los vestidos otra de las siluetas más repetidas. Normalmente y al igual que los tops, sin uno de los hombros. Esta forma favorecedora y pegada al cuerpo encarna la versatilidad que tanta fama le ha dado. Urbano y casual si lo acompañamos de zapatillas, como las ya míticas Adidas Samba, o junto a mocasines un efecto más pulido. Sin embargo, si cambiamos estas por tacones o ‘kitten heels’, el efecto cambia por completo. Se consiguen estilismos insuperables para celebraciones e incluso, como vestidos de invitada. Además, si la pieza en concreto cuenta con transparencias, será una apuesta segura.
Por último, el acercamiento más fácil (y también el más desconocido) es optar por las faldas asimétricas. También es la forma que permite una mayor variedad, al modificar la parte de arriba consiguiendo distintos estilismos y también efectos, según la longitud de la misma.